martes, 3 de noviembre de 2009

María Amparo Casar: VERDADES Y MENTIRAS

VERDADES Y MENTIRAS

María Amparo Casar
3 Nov. 09

Puras verdades de a kilo y otras tantas mentiras de igual peso se dijeron en la recta final de la negociación de la Ley de Ingresos. Unas y otras son la base del diagnóstico que hemos escuchado hace años pero que diputados y senadores omiten al legislar. Nos quedamos otra vez con la reforma posible, con la de compromiso, con la del empate, con la que no acierta dar el paso que necesita México.

Las verdades.

Del gobierno: Que los empresarios eluden el pago de impuestos y que el gobierno tiene el deber de exigirles a quienes eluden. Y, ¿qué se ha propuesto o se ha hecho al respecto?

De los partidos. Que no están dispuestos a pagar el costo político de una reforma fiscal (la diferencia es que en esta ocasión lo dijeron abiertamente); que los empresarios tienen a poderosos cabilderos; que los compromisos en las Cámaras no se honran. ¡Vaya novedad!

De los empresarios. Que las misceláneas fiscales de año con año son incoherentes y complican cada vez más su aplicación; que si los empresarios no pagan más es porque las leyes así lo establecen. Cierto. Para eso están la exenciones, deducciones, subsidios, estímulos y créditos fiscales, tratamientos especiales y demás privilegios. En 2009, el "gasto fiscal" (concepto eufemista utilizado en la jerga hacendaria para decir lo que podría cobrarse de impuestos de no existir tantas excepciones) derivado de las disposiciones establecidas para el ISR de las personas morales ascendió a 148,691 millones de pesos o a 1.24% del PIB más otros 85,567 millones o 0.71% del PIB por concepto de gastos fiscales derivados del IETU. De este tamaño son las excepciones.

Las mentiras.

Del gobierno: Que la abrumadora mayoría sí paga sus impuestos. No hay manera de sustentar esta afirmación. Sólo uno de cada cinco trabajadores paga ISR. Puesto de otra manera, los contribuyentes en México alcanzan menos de los 9 millones de personas u 8.5% de la población. Así, mientras que en países similares al nuestro como Brasil y Chile el 60%, 55% de los trabajadores contribuyen con el pago del ISR, en México lo hace menos del 20%. Una tercera parte del total de los ocupados no pagan impuestos porque son "informales". Peor aún, la evasión fiscal en México equivale al 27% de la recaudación potencial.

De los empresarios. Que los empresarios cumplen con sus obligaciones tributarias. Difícil de sostener. Un estudio encargado al ITAM por el Sistema de Administración Tributaria (SAT) en el año 2006 revela que la evasión del ISR a las empresas se situó en 26%. Si el potencial recaudatorio de este impuesto era de 172 mil millones resulta que se dejaron de recaudar más de 44 mil millones por la evasión de estos contribuyentes. O sea más de lo que se va a recaudar con la subida del 15 al 16% del IVA.

De los partidos. Que están por una política fiscal redistributiva y que el IVA generalizado es un impuesto regresivo. Falso año con año México queda colocado al final de la lista en materia de desigualdad del ingreso. Esto es cierto si calculamos la distribución del ingreso antes o después del pago de impuestos.

De estas verdades y de estas mentiras se desprende un diagnóstico claro de lo que hay que hacer. Hace años se tiene ese diagnóstico y hace años se hace caso omiso de él. Se debe ampliar el padrón de contribuyentes, se deben incrementar las capacidades de fiscalización del Estado y corregir las altas tasas de evasión y elusión, se debe reducir el régimen de exenciones, se debe dar fin a la larga lista de deducciones, se debe acabar con el abuso de la práctica de los amparos fiscales.

Concluimos con la más grande de las mentiras: "éste no era el momento, había que sacar adelante la Ley de Ingresos, pero, ahora sí, en enero nos sentaremos a plantear una reforma fiscal en serio". Y la más grande de las verdades: habida cuenta de lo que hemos visto no hay manera de construir una coalición política comprometida con una política de ingresos ni progresiva, ni coherente, ni robusta. Las finanzas públicas en México seguirán tan vulnerables y raquíticas como siempre.

Tenemos un México que seguirá siendo rehén de los intereses electorales de los partidos, de los grandes intereses económicos que saben bloquear los proyectos de reforma fiscal y de la incapacidad de los gobiernos incapaces de ampliar el padrón de contribuyentes y para cobrar, al menos, los impuestos que hay que cobrar. Seguiremos padeciendo del miedo a recaudar por temor a las movilizaciones, a las amenazas de los empresarios y a la pérdida de votos.

Este artículo fué publicado en el periódico Reforma: http://www.reforma.com/editoriales/nacional/526/1050077/

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